La integración del cuerpo en Terapia.

La toma de conciencia del cuerpo es un elemento muy importante en mi trabajo. El cuerpo tiene una sabiduría que le es propia. Aunque se exprese con lentitud e indirectamente , a partir del momento en que se la reconoce, se convierte en un cimiento, en una base de conocimiento que da confianza y un apoyo sin límites al yo.

Al igual que los niñ@s, el cuerpo dice la verdad, y la expresa a través de movimientos o inmovilidad. Un observador con experiencia puede percibir si el alma se ha instalado en el cuerpo o si la imagen de lo corporal es tan insoportable que apenas hay alguien en su interior. Muchas personas tienen lo que podemos llamar una actitud adecuada del yo, pero sus cuerpos han sufrido un trauma a alguna altura, hay que descubrir entonces un medio de regresar al punto en que produjo la herida para ponerse en contacto con el niñ@ herido en su integridad. Es posible que el cuerpo esté tan poco desarrollado que sea incapaz de imaginarse cómo adulto. Mientras que el alma está en la tierra tiene que tener una imagen corporal que le sirva de hogar y de principal medio de expresión, mientras vivamos en éste mundo la psique se expresará a través del cuerpo.

Si la persona tiene una relación relativamente armoniosa entre su cuerpo y su psique, los elementos relacionados con la sombra van apareciendo claramente en las sesiones. Sin embargo muchas personas han sufrido una escisión entre cuerpo y psique a muy temprana edad, en el caso de niñ@s no deseados, o niñ@s rechazados por el sexo que se esperaba,en éstos casos, ésta escisión comienza a producirse en el útero, o en el nacimiento, cómo si el alma decidiera no entrar al cuerpo y mantenerse exiliada fuera de él. La energía psíquica de éstas personas se concentra en la cabeza, y la persona tiene que hacer un gran esfuerzo para no sumergirse en el mundo de la fantasía y hacer frente a los detalles más simples de la vida diaria. Por no encontrar un hogar en su propio cuerpo, éstas personas viven anhelando un hogar imposible.

El trabajo con el cuerpo debe encararse con mucha paciencia y mucho amor y llegar hasta donde se encuentra ese niñ@s pequeño a cuyo cuerpo, nunca se le permitió desarrollarse. El cuerpo está aterrorizado y actua con recelo, sólo gradualmente puede aprender a confiar en sus instintos y a disciplinarlos para que se conviertan en una base sólida de la psique en el proceso de maduración.

El ponerse en contacto con la sabiduría corporal exige una concentración abasoluta, hay que dejar que la mente se funda con el cuerpo, inhalando aquello que está a punto de liberarse y permitiendo que se produzca el proceso de expresión hasta que surja la energía bloqueada, dando lugar a que surga la genuina luz. A menos que el cuerpo sepa que en su interior hay brazos fuertes y afectuosos que puedan protegerlo, aunque esté muy furioso o muy débil, se aferrará a su rigidez en un esfuerzo por sobrevivir.Esa rigidez se refleja en la rigidez de la máscara y del yo.

A medida que el cuerpo se va haciendo más consciente, los mensajes que envía son mas claros y convincentes.

Mientras que las respuestas del cuerpo no se hagan conscientes, de tal modo que podamos reconocer lo que está sucediendo dentro de nosotr@s y en el medio, es imposible que nuestros actos tengan un componente de agresión normal, que responda a los retos cotidianos y que el yo, madure a través de una interacción normal.

Uma Zuasti.