El cuerpo como territorio del símbolo en Danza Emoción
En el método Danza Emoción, una de las prácticas centrales consiste en dar cuerpo a los contenidos simbólicos que emergen espontáneamente en la mente durante la experiencia de movimiento. Esta dinámica no se limita a un ejercicio estético, sino que constituye una vía de exploración profunda donde lo simbólico se encarna, se transforma y encuentra un cauce integrador.
El valor del símbolo encarnado
El símbolo, entendido desde la psicología profunda (C. G. Jung), es una representación viva de realidades internas que no siempre pueden expresarse de manera literal. Los símbolos condensan emociones, experiencias arquetípicas y material inconsciente, ofreciendo una vía de acceso a lo no dicho. Sin embargo, cuando estos símbolos permanecen únicamente en el plano mental, corren el riesgo de cristalizarse como abstracciones. Al ser llevados al cuerpo —a través de gesto, movimiento, respiración, postura y desplazamiento—, los símbolos se convierten en experiencia vivida, y la persona puede relacionarse activamente con ellos. De este modo, se abre un espacio de transformación en el que lo simbólico deja de ser estático y se convierte en proceso dinámico.
Fundamentos científicos de la exploración simbólica corporal
Neurociencia del embodiment
La teoría del embodiment (Barsalou, 2008) plantea que los procesos cognitivos no están separados del cuerpo, sino que se construyen en estrecha relación con la acción y la percepción. Representar simbólicamente con el cuerpo no solo activa áreas motoras, sino también redes asociadas a la memoria, la emoción y el pensamiento abstracto, facilitando una comprensión más integrada de la experiencia.
Teoría polivagal y regulación emocional
Según Stephen Porges, el sistema nervioso autónomo se regula a través del movimiento, la postura y la interacción corporal. Al encarnar un símbolo, la persona reorganiza patrones de tensión y apertura, lo que puede favorecer estados de mayor seguridad y conexión interna. El símbolo encarnado actúa, entonces, como un puente entre emoción y regulación fisiológica.
Psicología simbólica y creatividad
La investigación sobre la imaginación activa (Jung, Hillman) demuestra que trabajar con imágenes internas a través de medios expresivos como el movimiento ayuda a ampliar la flexibilidad psicológica. Estudios contemporáneos en arteterapia confirman que el uso del símbolo en un soporte creativo potencia la resiliencia, la autoexploración y la capacidad de resignificación (Malchiodi, 2012).
Integración narrativa y memoria somática
Según investigaciones en trauma (van der Kolk, 2014), la memoria de experiencias difíciles no siempre está disponible en forma verbal, sino que se almacena de manera somática. Al poner cuerpo a un símbolo, se crea un lenguaje intermedio entre lo corporal y lo narrativo, permitiendo que la experiencia se organice y se integre de forma más coherente en la identidad personal.
Beneficios para la persona
Clarificación interna: El símbolo encarnado ofrece un espejo vivo que ayuda a la persona a reconocer contenidos inconscientes y darles forma inteligible.
Transformación emocional: El movimiento simbólico permite experimentar emociones atrapadas en un espacio seguro y creativo.
Ampliación de la creatividad y flexibilidad mental: Al explorar un mismo símbolo desde diferentes movimientos, surgen nuevas perspectivas para resolver conflictos internos.
Fortalecimiento de la identidad y el sentido vital: Encarnar símbolos fortalece el vínculo entre lo interno y lo externo, otorgando mayor coherencia a la experiencia del yo.
Los ejercicios de poner cuerpo a los contenidos simbólicos en Danza Emoción no son un mero recurso expresivo, sino un proceso psicocorporal con fundamento científico. A través de ellos, el símbolo se hace carne, la mente se encuentra con el cuerpo y la persona accede a un espacio donde puede transformar, integrar y resignificar su mundo interno. Se trata de un camino de creatividad y sanación en el que lo simbólico se convierte en movimiento y el movimiento en conciencia.
Lecturas recomendadas
Para quienes deseen profundizar en las bases científicas y psicológicas que inspiran Danza Emoción, estas obras ofrecen un marco riguroso y accesible:
Barsalou, L. W. – Grounded Cognition (2008)
Jung, C. G. – Man and His Symbols (1964)
Hillman, J. – The Dream and the Underworld (1979)
Malchiodi, C. A. – Handbook of Art Therapy (2012)
Porges, S. W. – The Polyvagal Theory (2011)
van der Kolk, B. – The Body Keeps the Score (2014)
Uma Zuasti.