LA POÉTICA DEL ENCUENTRO HUMANO

El impulso de vincularnos involucra a la afectividad, el gesto, la postura y la sensibilidad cenestésica. En todas las clases de Biodanza están presentes ejercicios para desarrollar, consolidar y profundizar en los vínculos, siendo el encuentro una forma de despertar la vivencia de solidaridad y presencia que crea las condiciones para que el “extraño” se transforme en “ igual”.

El ejercicio del Encuentro tiene una carácter ritual, un rito de vinculación afectiva, y es uno de los más importantes en Biodanza, constituye un aprendizaje de los comportamientos de aproximación, comunicación y contacto. Para Rolando Toro, creador de Biodanza, la vinculación afectiva puede ser perfeccionada solamente en un encuentro ritual.

Es necesario distinguir entre los encuentros formales de la vida cotidiana y el encuentro ritual que se realiza en Biodanza, acompañado de una música adecuada y en un contexto de intensa afectividad. La vivencia del encuentro constituye un reaprendizaje en el ámbito afectivo que estimula el respeto, la reverencia y la ternura hacia los otros. Este ejercicio tiende a reducir lentamente los comportamientos discriminatorios y los prejuicios, de éste modo se abre un espacio afectivo de carácter universal.

Durante la vivencia del encuentro se intensifica la manifestación de la identidad de las dos personas comprometidas en el ejercicio, consiste en una experiencia existencial en la cual la interacción afectiva con el otro facilita e intensifica la percepción de si mismo. A su vez la vivencia de recibir y ser recibido, implica un aumento de la energía afectiva de cada uno, induciendo un pasaje de un posible estado de soledad a uno de comunión afectiva.

Esta comunicación afectiva se realiza de forma progresiva a través de señales gestuales de aceptación y acogida, la mirada, la sonrisa, el gesto...etc.

La condición básica del ejercicio del Encuentro es la regla del feed-back, la reciprocidad de gestos de aceptación y aproximación.

Si una de las dos personas comprometidas en el ejercicio expresa una intencionalidad afectiva fuerte , mientras que la otra expresa señales de limitación, ya que puede suceder que uno de los participantes no esté preparado para recibir afectivamente al otro en ese momento, se ha de buscar una forma de expresar corporalmente esos límites de forma clara y sensible, para que la otra persona los pueda recibir, si no en éste caso un encuentro excesivamente intenso puede ser percibido cómo una “invasión”.

El aprendizaje de la regla del feed-back evita la invasión, porque implica la sensibilidad , el respeto del otro y la capacidad de expresar con claridad las señales de limitación para no ser invadido y la sensibilidad de escuchar al otro para respetarlo.

Uma Zuasti.